Pero por cuatro gotas no me iba yo a perder la satisfacción de ver los campos de tulipanes en su máximo esplendor y floridos de multitud de colores, justo a tiempo para su recolección y mezclados con ellos otros tantos narcisos o lirones haciendo su aparición estelar, dando un olor muy agradable al paseo por la campiña neerlandesa.
Finalmente, tras pasar por la capital del queso, Gouda, o como dicen por aquí, Jauda, finalmente he llegado a Rotterdam, donde me he hospedado en el Stayokay Hostel, conocido como las casas cubo, y si no podéis esperar a que suba las fotos cuando esté en España o encuentre un ordenador donde pueda hacerlo buscarlo en internet y veréis que pasada de hostel.
Ahora a retirarse que mañana habrá que seguir y pasar por la zona de dunas y diques y ahí el viento suele ser palabras mayores y creo que va a haber y encima no favorable.
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