miércoles, 18 de agosto de 2010

Dia 5. LA ESPIRAL, Uniendo pueblos a golpe de pedal (Zamora-Salamanca). Cibanal-Ledesma-Salamanca


Pese a despertarme un rato antes, he esperado para levantarme a las nueve de la mañana. He desmontado la tienda y cargado la bici y me he dirigido a desayunar a la cafetería del camping.
Para calentar un poco las piernas he callejeado por las calles de Cibanal, y he charlado un rato con un hombre que estaba vendimiendo un ciruelo en su patio.


He dejado la población y me he dirigido a la presa de Almendra que tiene un dique de cinco kilómetros de longitud. Justo al inicio de la presa esta el cartel del inicio de la provincia de Salamanca, donde me he detenido para inmortalizar el momento.


En mitad de la presa me he detenido para contemplar la panoramica del lugar y volver a admirar el mar de Castilla, conocido asi el embalse de Almendra, por ser la mayor concentración de agua en toda Castilla, y se ha acercado a mi un joven ciclista llamdo Nestor, que ha rodado conmigo unos cuantos kilómetros hasta que nuestros destinos se separan, ya que yo voy a visitar Trabanca y él va en dirección opuesta, aunque más tarde pasaré por su pueblo, Monleras.

En Trabanca he ido a la oficina de turismo y me han recomendado visitar el Parque Temático de la Arquitectura Tradicional, y me ha recomendado visitar una vieja fragua que se había estado usando hasta hacía un par de años.
En el Parque Temático había multitud de construcciones en piedra de la epoca antigua tipo refugios de pastores y ganado, corrales, etc y que se encuentran repartidos por las distintas dehesas de la zona, como pude ver a lo largo del día.











Tras la visita al parque, he ido a visitar la fragua, con la fortuna que ha pasado por alli el antiguo herrero, el señor Antonio, y me ha estado explicando, con mucha emoción, como se hacían muchas cosas en su fragua.



Tras Trabanca, me he dirigido a Almendra, dando una vuelta por el pueblo y he continuado hasta Sardón de los Frailes, donde he comido en un parque.
Luego he partido hacia Monleras, donde he tenido que detenerme en el bar a tomar un par de coca colas, porque apretaba el calor con fuerza y necesitaba bajar la temperatura corporal.
Luego he seguido hacia Villaseco de los Reyes, donde haciendo honor a su nombre la fuente pública no achaba ni gota de agua, cosa impensable, porque apenas a un kilometro tienen toda el agua que quieran en el embalse.

Luego he atravesado varias dehesas de porcino y alguna de vacuno, incluso alguna parecía de vacuno bravío, y finalmente he llegado a Ledesma, donde tenía pensado hacer noche.


Para acceder a su casco antiguo y recinto amurallado hay que ascender una dura cuesta, pero merece la pena, porque las vistas son impresionantes.



Tambien merecen la pena otras edificaciones del pueblo como el Palacio de Don Beltran de la Cueva y la puerta de San Nicolas, por la que paso y vuelvo a acceder a la carretera y es aqui cuando decido continuar hasta llegar a Salamanca, pues apenas me quedan treinta kilómetros de distancia.












Cruzo el rio Tormes a la salida de Ledesma, para apreciar su puente de piedra y la ermita de Nuestra Señora del Carmen y me dirijo por una recien asfaltada carretera, paralela al Tormes por su margen derecha en dirección Salamanca.
Veo, entre encinares y dehesas, un cartel que anuncia los baños de Ledesma y al igual que en Almeida miro hacia otro lado para no tentarme y continúo hasta llegar a Juzbado, donde en la fuente hay escrito un poema al agua, llamado La hora del Agua, que cito a continuación,

LA HORA DEL AGUA
Sabed que esta es la hora del agua.
Merecemos mirarla? Merecemos sus dones?
Acaso solo sea la hora de escuchar su murmullo
y dejar que los dedos discurran extraviados
por su corriente fría.
Llegamos a la fuente y a su estanque
para calmar la sed de no saber,
para callar de una vez por todas
y sentir bien unidos los dos labios
por las hebras de luz de la mañana.
Luego, el rostro ha caído sobre el agua
para abismarse en esa hondura humbrosa
que todo nos lo oculta en su silencio.
Mas al sentir el agua sobre el rostro
se rompe el espejismo.
Sentimos que la carne se estrella contra el suelo
que el rostro ha quebrantado el espejismo
de creer que el secreto
a punto estaba de ser desvelado.
Narcisos derrotados,
nos retiramos hacia atrás vencidos
por ese abismo espeso
de la luz en el agua.
No la toquemos, aunque sea su hora,
contemplemos callados su silencio.
Callar y contemplar el agua quieta,
sentir que solo somos en la paz
del alto mediodía
una fuente de sangre en el jardín.
Antonio Colinas. Libro de la Mansedumbre.



Continúo la ruta hacia Almenara de Tormes, donde contenplo su iglesia y Ermita y prosigo hacia Valverdón, donde el hilo musical del pueblo sale de una casa con una bandera en su patio y una sinfonía de música clásica de lo mas relajante.

Continúo hacia Villamayor, que es una zona residencial llena de chalets, y tras pasar por encima e la A-62 llego a salamanca, done callejeo y me dirijo al albergue juvenil "Lazarillo de Tormes" donde me dan una habitación para ocho personas que no comparto con nadie, debido a que no hay mas huespedes, y una plaza en el parking para mi bici, sin ningun vehiculo mas en el parking.

No hay comentarios:

Publicar un comentario